El novillero chinchonete Aitor Fernández reunió hace unos días a un nutrido grupo de aficionados para celebrar una jornada de confraternidad con amigos y seguidores. La cita se celebró en “Quintana”, el cuartel general del ganadero Gregorio Ortega e hijas, una extensa finca situada en los vergeles y llanuras de Las Infantas, en plena vega de Aranjuez, un paraje con una ilustre historia ganadera a tiro de piedra de la provincia de Toledo.
Tras el almuerzo de bienvenida, con un desapacible día como testigo, Aitor se enfundó el traje corto para probarse ante sendos novillos de la casa. El primero lució el hierro de Belén y Blanca Ortega y tuvo un buen pitón izquierdo. El segundo, de Hermanas Ortega, pidió hacerles las cosas con lentitud y bien hechas. A pesar de lo molesto que resultó el viento, Aitor no se amilanó y se pudo gustar por naturales ante el primero y con la mano derecha en el otro, dejando varios detalles de buen gusto y una buena evolución en su carrera como torero.
Para concluir la jornada, un exquisito guiso de carne y un par de becerras para el disfrute de los asistentes, dieron paso a una sobremesa donde pudimos charlar con Aitor Fernández sobre su trayectoria y proyectos cara a su particular temporada, que comenzará el próximo 9 de Abril en la localidad madrileña de Talamanca del Jarama: «La afronto con mucha ilusión y a la vez con ganas, llevamos un invierno duro de entrenamiento y tengo muchas ganas de mostrar mis entrenamientos delante de la cara de los animales y que la gente vea mis facultades de querer ser torero. En poco días empiezo la temporada muy cerquita de Madrid, luego el mes de Mayo será importante y estaré el día 6 en Santa Olalla (Toledo), el 16 en Valdepielagos (Madrid) y el 17 en Santisteban del Puerto (Jaén). En el mes de Junio el día 24 iré a Fuensalida (Toledo) dentro del Certamen de promoción de Castilla la Mancha televisión, una novillada importante por lo que supone este ciclo tan valioso para los que estamos en el camino.»
La pasada temporada hubo tardes de triunfo importante que quedarán marcados en su trayectoria:«Recuerdo la del 19 de agosto en Alameda de la Sagra con un novillo de los Hermanos Ruiz Cánovas al que le corté un rabo ó también la tarde del 11 de septiembre en Valdilecha en la última novillada de clasificación del Certamen La Ribera del Tajuña, le corté las dos orejas a un novillo de José Escolar con el que pude sentirme, pese el éxito no pasé a la final. Esas dos tardes son las que más me marcaron el año pasado.»
Aitor tiene claro lo que quiere y demuestra en el ruedo: «Me gusta demostrar serenidad, tranquilidad, verdad y pureza. Eso es lo que realmente quiero mostrar porque bien sabemos que aquí hasta las figuras dicen que cada día aprenden una cosa más».
Una de las misiones más difíciles de la ortodoxia taurina es el papel del apoderado, importante y fundamental en la carrera de un torero: «José Manuel Rozalen y Paco Ruiz son quienes me llevan las riendas en los despachos, también está en el grupo el banderillero José Ángel del Saz, el me acompaña en los entrenamientos y también hace sus funciones. Los apoderados son importantes ya que sin ellos la temporada se haría más cuesta arriba, estoy agradecido por la gestión que están haciendo conmigo«.
Esta será su cuarta temporada como novillero sin picadores desde que se presentara con el traje de luces en su Chinchón natal el 19 de Agosto de 2015, quizás el debut con picadores pudiera estar cerca: «Bueno sobre el debut con caballos no es ni tarde ni pronto, hemos decidido torear este año todo de sin caballos para llegar el año que viene y debutar dando un golpe en la mesa fuerte porque si no, no haremos nada».